Alfredo Quiñones-Hinojosa recoge el Premio de Cirugía Cortes de Cádiz
Cádiz, 16 de octubre de 2015. El alcalde de Cádiz, José María González, ha hecho entrega hoy del VII Premio de Cirugía Cortes de Cádiz al prestigioso neurocirujano Alfredo Quiñones-Hinojosa, conocido como ‘Doctor Q’. En un acto celebrado en la Casa de Iberoamérica, José María González ha destacado que este premio, además de poner en valor la gran trayectoria profesional de Alfredo Quiñones-Hinojosa, premia valores como la perseverancia, la tenacidad y la superación.
En este sentido, González ha afirmado que este año, “el Premio Cirugía Cortes de Cádiz reconoce a toda una vida de lucha contra el sistema preestablecido, a una apuesta por superar los obstáculos y no conformarse con las cartas que te reparte la vida al nacer”.
“De sobras es conocida la vida de Alfredo Quiñones-Hinojosa pues ha salido publicada en varios medios de comunicación pero conviene recordarla”, ha explicado el alcalde porque “la situación económica, social y personal que vivía no nos es ajena a este lado del charco en el que a menudo nos despertamos con noticias sobre personas que arriesgan su vida por un futuro mejor. Pasa en México y pasa en El Estrecho”.
José María González ha añadido que “historias como la de Alfredo Quiñones-Hinojosa son ejemplos de superación y explican que si se cuentan con la tenacidad y el inconformismo suficiente se puede cambiar el destino que nos ha sido prefijado”.
Previamente, Quiñones-Hinojosa ha asegurado que toda su vida ha intentando “construir puentes entre personas, entre países y entre continentes frente a las fronteras creadas por los seres humanos”. Visiblemente emocionado, el neurocirujano ha agradecido la entrega de este premio que precisamente actúa como puente y no como frontera.
Durante su intervención, Alfredo Quiñones-Hinojosa, quien se ha autodefinido como “un Robin Hood” ha relatado que este galardón es “simbólico por todo lo que significa de cara al futuro”.
Así, además de su trayectoria personal y profesional, ha destacado su implicación en la Fundación Missión Brain a través de la cual realizan numerosas intervenciones quirúrgicas en México. “No se trata sólo de realizar las operaciones difíciles que allí no se atreven a ser, sino de dar a los médicos de allí la seguridad, la confianza necesaria y los medios para que ellos mismos las realicen”.
Por último, el presidente de la Real Academia de Cirugía de Cádiz, José Antonio Girón ha recordado a Alfredo Quiñones que la entrega de este premio es un reconocimiento pero también una responsabilidad, la de llevar el nombre de Cádiz.
El premiado
La vida personal y profesional de Quiñones ha sido objeto de numerosos artículos periodísticos y reportajes televisivos, tanto en su México natal como en Estados Unidos, país en el que ejerce su profesión en el Hospital Johns Hopkins en Baltimore, Maryland.
Nacido en Mexicali, con 19 años Quiñones saltó literalmente la verja que separa su país de Estados Unidos y se convirtió en un inmigrante ilegal. La policía de la frontera le capturó y le mandó de regreso pero él volvió a intentarlo más tarde y consiguió quedarse. No tenía dinero ni sabía hablar inglés. Quiñones llego a Fresno, California, donde trabajó durante dos años recogiendo algodón, como pintor y soldador. Vivía en una caravana con techo de contrachapado y más tarde compartió un piso de una sola habitación con cinco miembros de su familia.
Un día en el campo le dijo a su primo que quería ir a la escuela, aprender inglés, y tener un mejor futuro, pero su primo lo miro con sorpresa y le dijo «¡Este es tu futuro! Tú viniste a este país a trabajar en el campo así, como nosotros». El joven se negó a aceptarlo y siguió estudiando, aprendiendo inglés, apoyando a otros estudiantes hispanos en matemáticas y ciencia, practicando sus habilidades de comunicación en el equipo de debate, y trabajando como soldador para una compañía de ferrocarriles.
En 1992, Quiñones renunció a su trabajo en los ferrocarriles y recibió una beca para estudiar en la Universidad de Berkeley (California), donde estudió psicología. Quiñones hizo una tesis en neurociencias, y envió una solicitud a la Escuela de Medicina de Harvard, en la que fue aceptado. En Harvard, además de ser reconocido por sus actividades académicas, fue distinguido por sus actividades comunitarias, ya que en numerosas ocasiones ayudó a estudiantes menos afortunados.
Durante su estancia en la prestigiosa universidad, consiguió varios honores y becas en investigación y logró la ciudadanía norteamericana. Se graduó Cum Laude en 1999. Hizo su residencia y trabajo post-doctoral en la Universidad de California San Francisco. Durante este tiempo se decidió por la especialidad de neurocirugía y con ese propósito, en 2005, fue al Johns Hopkins como profesor y cirujano especializado en cáncer cerebral y tumores pituitarios.
El jurado del VII Premio Iberoamericano de Cirugía Cortes de Cádiz estuvo presidido por la anterior concejala de Juventud, Carmen Sánchez, y formado por el presidente de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Cádiz, José Antonio Girón González, así como por los vocales de esa institución Jorge Roquette Gaona, Rafael Comino Delgado, José Sueiro Fernández y José Luis Gil Salú.
En las ediciones anteriores, los galardonados han sido: Hipólito Durán (2007), Manuel de la Concha (2009), Enrique Moreno (2011), José Mir Pallardó (2012), Ivo Pitanguy (2013) y Francisco Javier Álvarez-Cienfuegos (2014).