Carta abierta al Banco de Santander (propietario del edificio de la Corrala de la Bahía)
Uno de los primeros objetivos que me puse cuando tomé en mis manos el bastón de mando como alcalde de Cádiz fue darle una solución a la situación de los gaditanos y gaditanas que viven, o habría que decir habitan, en la Corrala de la Bahía. Casi cuatro meses después de aquel día que abrió esta etapa de ilusión en el Ayuntamiento de Cádiz, la actitud de los propietarios del inmueble y su cerrazón es la única culpable de que estas vecinas y estos vecinos se encuentren en esta situación de precariedad que roza lo inasumible en pleno siglo XXI. Unos vecinos y vecinas entre los que se encuentran una treintena de niños, motivo más que suficiente para que desde el Banco Santander, propietario de un edificio que estaba vacío, hubiera accedido a sentarse con este Ayuntamiento para buscar una solución. Porque como dijo el poeta latino Juvenal, “que ni una palabra ni una mirada obscena manchen la casa en donde haya un niño”. Pero parece que no quieren permitirlo.
Y no porque este Ayuntamiento y este alcalde no lo hayan intentado de todas las formas posibles, sino porque desde el Banco de Santander no se entiende de humanidad, de Derechos Humanos ni de sentimientos por estos niños. No voy a cejar en el empeño: a las 28 familias de la Corrala de la Bahía hay que darles una solución. Pero cualquier solución pasa por sentarse a negociar con la entidad bancaria propietaria del inmueble para proponerle salidas a la situación. Opciones tenemos muchas, sólo tienen que escucharnos y seguro que alcanzamos un acuerdo.
Pero no, el Banco Santander y sus gestores ya ni siquiera responden a los escritos de este Ayuntamiento ni a sus llamadas. Prefieren mantener su deslealtad hacia el pueblo de Cádiz, hacia sus representantes democráticamente elegidos, y hacia este alcalde. Prefieren mantener los pisos vacíos antes que mostrar un ápice de humanidad. Prefieren tener a 28 familias con sus 30 niños malviviendo antes que sentarse a buscar una salida, que debe pasar por el alquiler social de estas viviendas que en su desesperación por su situación y por la de sus hijos optaron por ocupar estas viviendas que estaban vacías.
Pues no vamos a parar hasta conseguirlo. Ni este equipo de Gobierno, ni yo, ni este Ayuntamiento, ni los miles de gaditanas y gaditanos que tenemos detrás apoyándonos en una de las reclamaciones más justas de cuantas podemos hacer: garantizar una vivienda digna para nuestros vecinos y nuestras vecinas, un derecho humano básico. Y una vivienda digna no sólo son cuatro paredes y un techo. En el año 2015, una vivienda digna es también tener garantizados los suministros básicos de luz y agua; algo que el Banco Santander, con su cerrazón al servicio de no sé qué intereses completamente alejados de los la ciudadanía y del respeto y la lealtad por una población como Cádiz, no está permitiendo. Pero como alcalde, como gaditano y como padre, como persona que sufre con el sufrimiento de sus vecinos y vecinas, no me voy quedar quieto. Cádiz y este Ayuntamiento vamos a conseguir mejorar las condiciones en las que viven estas gaditanas y gaditanos. No podemos dejar que estas familias y estos niños sigan viviendo en esta situación. No podemos permitirlo. No lo vamos a permitir.
José María González Santos
Alcalde de Cádiz