El Ayuntamiento iza la bandera del colectivo trans para reclamar sus derechos

En la mañana de hoy en el Salón de Plenos con motivo del Día Internacional por la Memoria Trans. El acto ha estado presidido por el alcalde de Cádiz, José María González, quien ha estado acompañado de la presidenta andaluza de la Asociacion de Transexuales de Andalucia-Sylvia Rivera, Mar Cambrollé. Al acto han acudido también las concejalas de Mujer, Ana Camelo y de Asuntos Sociales, Ana Fernández, además del concejal del PSOE, José Pacheco. En la declaración, apoyada por todos los grupos con representación municipal, se pone de relieve la necesidad de luchar para garantizar que este colectivo pueda disfrutar de todos los derechos, principalmente el de la vida. Por su parte, Mar Cambrollé ha destacado uqe este día no puede pasar desapercibido porque «el derecho a la vida es inviolable». En este sentido ha asegurado que los ataques a las personas transexuales «provienen de una labra social fruto del machismo». Posteriormente, se ha izado en el cuarto mástil del Ayuntamiento la bandera trans.

DECLARACIÓN INSTITUCIONAL DÍA INTERNACIONAL DE LA MEMORIA TRANS

Hoy, 20 de noviembre, el Ayuntamiento de Cádiz quiere sumarse a la denuncia pública de la extrema violencia generalizada y ejercida sobre cualquier persona por motivo de su sexo, raza, orientación o condición sexual. Hoy, 20 de noviembre, queremos sumarnos explícitamente a la condena de cualquier tipo de violencia al que se ven sometida las personas transexuales así como la impunidad con que están cometiendo este transfeminicidio y la falta de medidas institucionales para erradicarlos.

Queremos que hoy, Día Internacional de la Memoria Transexual, nos sirva para abrir un espacio de reflexión y condena sobre la continua vulneración de derechos al que se ve sometido este colectivo. No podemos ser testigos de como de forma sistemática y en todo el mundo, en mayor o menor medida, se discrimina basándose en prejuicios sexistas y transfóbicos. Una discriminación que se agrava aún más en el caso de las mujeres dejándolas en una situación de extrema vulnerabilidad ante las formas más graves de violencia.

Como indica Charles Radcliffe, director de asuntos globales, Oficina de las Naciones Unidas Alto Comisionado para los Derechos Humanos en el prefacio de un estudio sobre la vulneración de los derechos humanos (“A comparative review of the human-rights situation of Gender-variant/Trans people” publicado por “Transrespeto vs. Transfobia en el mundo):

«[…] cada día millones de personas trans en todo el mundo experimentan el rechazo, la estigmatización, el acoso y la violencia física por no cumplir con las normas de género prevalecientes. Se les niega también el derecho a obtener documentos de identidad que reflejen su identidad de género, son despedidas del trabajo, se les niegan los servicios públicos básicos, y se enfrentan a la discriminación profundamente arraigada en el sector de salud y educación. Estos abusos son sistemáticos, pero poco denunciados. La respuesta, tanto nacional como a nivel internacional, ha sido, casi sin excepción, inadecuada.

Las obligaciones legales que los Estados tienen para proteger a las personas trans frente a la violencia y la discriminación, no son diferentes de las que los Estados tienen para con todas las otras personas. Los derechos de las personas trans no están segregados y no son un subconjunto especial de derechos, sino que son Derechos Humanos. Las personas trans no son inferiores y tienen derecho a la vida, como cualquier ser humano. Se les debe procurar protección contra la detención arbitraria y la tortura, garantizar la no discriminación y la libertad de expresión, asociación y reunión. Estos derechos y muchos otros son universales: acreditados en las leyes internacionales, aunque negados a muchas personas trans, simplemente por su identidad de género o expresión de género. […]»

La última actualización del Observatorio de Personas Trans Asesinadas, hecha pública el pasado 30 de marzo de 2016, indicaba que en los últimos 8 años, se han asesinado a más de 2.000 personas trans, en su inmensa mayoría mujeres trans.

El estudio muestra un aumento significativo y constante de los informes de asesinatos de personas trans durante los últimos ocho años.

Tenemos que ser juez y parte, y poner todas las herramientas de las que dispone esta institución para evitar que se siga produciendo la persecución y la vulneración de forma sistemática de los derechos humanos.

Es por esto, por lo que desde cada una de las instituciones, debemos alzar la voz para exigir que cada administración, desde sus competencias, aplique los tratados internacionales sobre derechos humanos en relación con la Identidad de Género.

Que cese cualquier tipo de violencia física y psíquica, así como la violación de los  derechos económicos, sociales y culturales de este colectivo al amparo de las normas discriminatorias y sobre todo, a las autoridades judiciales, que se persiga y se castigue al culpable o culpables como autores de crímenes de discriminación y odio contra la dignidad de las personas y el libre desarrollo de la personalidad.

En la lucha contra la violencia y en la defensa de la personas trans, no podemos dar un paso atrás.

 

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