Cádiz, 13 de julio de 2016.  El Equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Cádiz afirma que la justificación que la concejala Teófila Martínez ha hecho de la gestión al frente de Cádiz Conecta del ex gerente, Vicente Delgado, y de los gastos por más de 90.000 euros realizados con la tarjeta de la empresa, “vienen a confirmar que la inmoralidad y el despilfarro son y eran el modelo de gestión del Partido Popular (PP) en la ciudad”. Los actuales responsables municipales recuerdan que en las informaciones publicadas sobre estos gastos incluían cargos en mariscadas, almuerzos o floristerías y hoteles de lujo que el ex gerente cargaba a la empresa municipal pese a tener un sueldo de 66.000 euros anuales.

Desde el Ayuntamiento se lamenta que la concejala Martínez no haya salido a criticar estas prácticas que Delgado, un hombre de su confianza, realizó durante la etapa en la que ella era la máxima responsable municipal. “Teófila Martínez y el PP están tan inmersos en su propia inmoralidad que ya ven normal los sobresueldos que se realizan en su partido, o las prácticas de despilfarro del dinero público, como es el uso indiscriminado de tarjetas de empresas municipales pagadas con dinero de todos los gaditanos para que una persona que ganaba 66.000 euros al año se pagara almuerzos de 30 euros, costeara comilonas, flores y hoteles de lujo”, indican miembros del Consistorio gaditano.

En este sentido, el Equipo de Gobierno afirma que “esta es la forma de gestionar el dinero público que tuvo el PP durante 20 años, que ha llevado al borde de la ruina al Ayuntamiento de Cádiz, y que buscaba tejer una red clientelar de favores debidos y subvencionados con la que perpetuar su presencia en la Alcaldía”.

De igual manera, recuerdan que “el listón de justificación de Martínez es bajísimo en algunos casos de su partido”. “En su momento trajo a la Zona Franca a Manuel Rodríguez de Castro, cuya labor justificó y llegó a defender y que acabó condenado por su gestión al frente de recinto fiscal; calló y justificó la labor de Rodrigo Rato, su mentor político, y justifica una y otra vez la incapacidad y el sectarismo de Javier de Torre como subdelegado del Gobierno, que tardó un año en saber dónde estaba el propio Rodríguez de Castro y que aún sigue buscando 300 kilos de cocaína que desaparecieron de un almacén policial”.