Dos pantallas gigantes ubicadas en las plazas de Fragela y Loreto retransmiten este viernes la ópera ‘Nabucco’ en directo desde el Teatro Real de Madrid

Cádiz, 14 de julio de 2022. Las plazas de Fragela y Loreto acogen este viernes a las 21.00 horas la proyección en sendas pantallas gigantes de la ópera ‘Nabucco’ de Giuseppe Verdi, en directo desde el Teatro Real de Madrid. Con esta iniciativa, la Delegación de Cultura y Fiestas pretende acercar este género a la ciudadanía que, por diferentes motivos, no hayan podido tener la experiencia de vivirla en un teatro o que simplemente deseen disfrutar de este formato al aire libre junto a sus vecinos y vecinas. 

La concejala de Fiestas, Lola Cazalilla, ha destacado que “la cultura es un derecho y como tal debe ser accesible para todos y todas, independientemente de su edad, nivel adquisitivo o barrio. Queda trabajo por delante, pero seguimos avanzando en la eliminación de la injusta periferia cultural”.

‘Nabucco’ es una tragedia lírica en cuatro partes con música de Giuseppe Verdi y libreto de Temistocle Solera, basada en el Antiguo Testamento y el ‘Nabuchodonosor’ de Anicète Bourgeois y Francis Comue. La obra, una de las óperas más famosas, está considerada como el primer gran éxito del compositor italiano, autor de clásicos como ‘La traviata’, ‘Aida’ o ‘Rigoletto’. 

La función de este viernes cuenta con Nicola Luisotti como director musical, Andreas Homoki como director de escena, Wolfgang Gussmann como escenógrafo y Fabio Dietsche como dramaturgo. Intervienen el coro y la orquesta titulares del Teatro Real, con George Gagnidze en el papel de Nabucco, Michael Fabiano como Ismaele, Roberto Tagiavini como Zaccaria, Saioa Hernández como Abigaille, Elena Maximova como Fenena y Simon Lim como El Gran Sacerdote. Finalmente, Fabián Lara y Maribel Ortega interpretan a Abdallo y Anna, respectivamente. 

SINOPSIS DE ‘NABUCCO’

El director de escena, Andreas Homoki, traslada el conflicto entre judíos y babilonios (siglo VI a.C.) al enfrentamiento entre italianos y austríacos (siglo XIX). El espacio escénico, muy sobrio, está presidido por un monumental bloque de piedra que alude a una barricada entre dos bandos en guerra, a un muro de ejecución de prisioneros, a la pared de un templo que gira sobre ellos mismos, como los dilemas cuya solución está fuera del tablero de juego, porque quienes mueven las piezas han acabado siendo fanáticos, o asesinos, o seres que han perdido toda humanidad, o todo a la vez. La piedra divide, obstruye el camino, y también amenaza…

La esposa de Nabucco fallece repentinamente dejando a dos hijas huérfanas bajo la responsabilidad de un padre devoto que se siente responsable de sus destinos. Como caudillo es un guerrero tiránico y sanguinario, pero no se entiende la obra sin tomar conciencia de que es también un padre abnegado que está dispuesto a todo para proteger a sus hijas. La obra transcurre en un ambiente de cruenta rivalidad fraternal y de lucha por la conquista del poder en el seno de una familia, con dos hermanas -que se descubrirán hermanastras- que se disputan el cetro y el amor del mismo hombre. Por eso la dramaturgia propone un personaje de Nabucco mucho más humano de lo habitual: un líder cargado de responsabilidades políticas que, tras su caída, aprende lo que es la prudencia y la humildad, y que en su relación con sus hijas es, desde el primer momento, generoso, sensible, frágil e incluso vulnerable, en las antípodas de su imagen pública.

ARGUMENTO

Acto I: Jerusalén

El ejército babilonio de Nabucodonosor ha alcanzado Jerusalén y los judíos se refugian en el templo. Zaccaria, el gran sacerdote, les revela que ha logrado hacer prisionera a la hija del rey enemigo, Fenena, para utilizarla como protección. Ella está enamorada de Ismaele, sobrino del rey de Jerusalén, que también está en el templo. Cuando se quedan a solas, se declaran su amor. Entonces, el rey Nabucco llega al templo, acompañado de su otra hija, Abigaille, quien también ama a Ismaele. Al descubrirlos juntos, les amenaza. Zaccaria ataca a Fenena con un puñal pero Ismaele le detiene. Los judíos maldicen al joven al considerar que ha traicionado a su pueblo, y Nabucco, lleno de rabia, saquea el templo y ordena acabar con todos los judíos.

Acto II: El impío

Nabucco está ausente de Babilonia, y Fenena, que se ha convertido al judaísmo, reina en su nombre. Abigaille, mientras tanto, ha encontrado un documento que afirma que es hija bastarda de Nabucco y una esclava. Quiere arrebatarle el poder a Fenena y para ello, difunde la noticia de que el rey ha muerto en combate. De repente, Nabucco vuelve a aparecer en la ciudad, y ante el alboroto que esto produce, exige a su pueblo que le rindan honores como nuevo dios. Del cielo, un rayo cae sobre él arrebatándole la corona, que recoge inmediatamente Abigaille. 

Acto III: La profecía

Nabucco ha enloquecido y Abigaille reina con terrible crueldad. Los sacerdotes de Baal le incitan a que aniquile a todos los judíos, pero, para eso, Nabucco tiene que ratificar estas condenas a muerte. Fenena también deberá morir por haberse convertido a la religión del enemigo. Mientras esperan su castigo, los judíos, que trabajan como esclavos a orillas del Eufrates, empiezan a entonar el canto, «Va pensiero». Zaccaria les anima contándoles la visión que ha tenido y que anunciaba que iban a quedar libres.

Acto IV: El ídolo caído

Nabucco recupera la razón al ver que su hija Fenena va a morir. En ese momento, se arrepiente y pide clemencia al dios de los judíos. Abdallo le entrega una espada y Nabucco se dispone a recuperar su reino, llegando justo a tiempo para impedir la ejecución. Entra Abigaille, moribunda. Ha ingerido veneno y pide ser perdonada. Y antes de morir, también intercede ante su padre para que acepte la boda de Fenena e Ismaele.

En Cádiz, a 14 de julio de 2022

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