La Fundación Municipal de la Mujer organiza una nueva exposición fotobiográfica de ‘Ilustres Anónimas’ sobre la trayectoria vital y profesional de nueve mujeres
Cádiz, 14 de marzo de 2018. La Fundación Municipal de la Mujer del Área de Justicia Social del Ayuntamiento de Cádiz organiza cada mes de marzo (desde el año 2016) una exposición fotobiográfica denominada Ilustres Anónimas, con motivo del Día Internacional de las Mujeres que se celebra cada 8 de marzo.
Ilustres Anónimas reconoce y difunde las vidas y obras de mujeres cuya trayectoria vital y profesional, en el anonimato en la mayoría de los casos, merecen la distinción y el reconocimiento, y las convierte en ilustres para la ciudad de Cádiz.
Esta exposición se inaugurará mañana jueves, 15 de marzo, a las 12 horas en la Sala Cigarreras de Cádiz del Centro Integral de la Mujer. Y las ilustres anónimas de este 2018 son:
CARMEN BUTRÓN VARO
Nace en el seno de una familia humilde, trabajadora y numerosa, ocho hermanos y hermanas de los que tiene que hacerse cargo, como hija mayor, mientras estudia en el Colegio de La Palma.
Muy pronto, a los dieciocho años, es madre de una niña, María del Carmen, la primera de siete: Manuel, las gemelas Noelia y Eva (que fallece prematuramente), a las que siguen otra hija con el mismo nombre, Eva, Gema y Nuria.
A los treinta y tres años, con seis menores a su cargo, de entre 2 meses y 14 años, decide separarse y dejar atrás una dura vida para iniciar un nuevo camino, asumiendo en solitario el cuidado de su familia. Cuenta con la ayuda, como ya le ocurriera a ella misma, de su hija María del Carmen, que tiene que renunciar a sus estudios para que Carmen pueda trabajar.
Estas circunstancias, que podrían aparecer en la descripción de una familia desestructurada, marcan el desarrollo de una familia siempre unida, responsable y solidaria, en un ambiente tan difícil como el de barrio del Cerro del Moro a mediados de los años ochenta. Y pese a las dificultades, educa a su familia en los valores en los que cree: el trabajo, la responsabilidad, el amor incondicional y el esfuerzo constante por tener una vida mejor.
Carmen personifica la voluntad de todas aquellas mujeres que, como ella, decidieron tomar las riendas de su vida: la independencia económica conseguida por su trayectoria laboral, el afán por retomar los estudios con la obtención del título de Graduado Escolar y el carnet de conducir, y como colofón a todos estos esfuerzos y sacrificios, sus treinta y tres años de vida laboral en el Ayuntamiento de Cádiz, donde siempre es recordada por su compañerismo y profesionalidad.
CARMEN DE MANUEL VICENTE
Psicóloga Clínica en la Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil del Hospital Universitario Puerta del Mar de Cádiz y profesora en distintos cursos, seminarios y másteres universitarios. Con una dilatada vida profesional dedicada por entero al bienestar de menores y adolescentes, ha ejercido por entero su profesión en la capital de la provincia gaditana.
Su vocación literaria es precoz, pero no comienza a publicar hasta el año 2004, en el que debuta con el cuento Yo también estuve aquí, editado por la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía y reconocido por la Agenda de Calidad Sanitaria como una Buena Práctica. El cuento prepara a las víctimas infantiles de maltrato cuando tienen que declarar ante los Tribunales de Justicia para que su paso por los Juzgados no sea más dañino aún que el propio maltrato sufrido.
A este cuento le siguen Simón, el topo (2011) sobre diversidad sexual, cuya versión teatral ha sido representada en Perú, Panamá, Brasil, Chile, Argentina, Irlanda… En 2012, Kiko, el perro que no podía hablar, que aborda la discapacidad. Obtuvo una mención especial en los Premios por la Discapacidad Avance 16 de la Diputación de Cádiz.
En 2014 da un salto a la literatura adulta con la novela Palabras prohibidas, una obra de misterio, ciencia y aventura que pretende acercar al público lector sus conocimientos en abuso sexual infantil. Y en 2017, Los malqueridos, novela que da voz a niños, niñas y adolescentes expuestos a la violencia machista ejercida contra sus madres.
Se define como “psicóloga, escritora, atleta, madre de dos hijos pero, por encima de todo, mujer”.
RAFAELA GALLARDO LAVADO
Rafaela nace en Los Santos de Maimona (Badajoz). Como tantas otras, su familia debe abandonar el pueblo y se ve obligada a un exilio interior por el pasado republicano de su padre. Es la cuarta de once hermanos y hermanas, el primogénito murió de hambre. Con apenas cinco años colabora en la crianza familiar, acompaña a su madre a limpiar casas y cuando el cansancio y el hambre se lo permiten, acude al colegio.
Con sólo 10 años está interna en una casa, el jornal es un plato de comida. Las obligadas y continuas ausencias del padre, dejan a Rafaela y a su madre solas en el cuidado de la numerosa familia. Con catorce años está en Monzón (Huesca) empleada en una fábrica de maletas. Sus hermanas crecen y se marchan a trabajar a Barcelona, Rafaela no, alguien tiene que quedarse a cuidar del resto, es la segunda madre, como recuerda su hermano Pepe.
En el año 1970 la familia se traslada a Barcelona. Con diecisiete años empieza a trabajar en una fábrica textil, donde se une al movimiento obrero clandestino para denunciar las míseras condiciones laborales de la plantilla. Es la única mujer y pese a su juventud, ya le acompañan su sentido de la justicia, de la dignidad y de la solidaridad, mientras su padre, temeroso de las represalias, intenta disuadirla. Comienza también entonces a interesarse por la espeleología y la montaña.
Un matrimonio y una hija la traen a Cádiz, donde se propone recuperar el tiempo perdido. Compagina sus estudios con el cuidado de ancianas y prepara el Bachillerato en las clases nocturnas del Instituto del Rosario, donde el profesorado se acostumbra a verla acompañada de su bebé.
En 1989 aprueba las oposiciones al Ayuntamiento de Cádiz. A partir de entonces, decide dedicarse a todo lo que le gusta: colabora con distintas ongs como CEPA, estudia un Grado Superior de Grabado, escribe y publica un relato en el libro colectivo La mirada de lo ausente y participa en el carnaval callejero con su chirigota.
Pero no olvida la montaña. Tras once años en el Club de Montaña del Grupo Empresa Casa, es nombrada Presidenta, la primera en los treinta años de su historia. Feminista convencida, su rebeldía e inconformismo los aplica ahora en la reivindicación de las mujeres en este deporte, participando activamente en el Comité Mujeres y Montaña de la Federación Andaluza de Montañismo.
Mª DEL ROSARIO GALVÁN DOMÍNGUEZ
Charo nace en Cádiz, y como muchas mujeres de su generación, debe abandonar muy joven sus estudios para cuidar de su familia. Esta circunstancia hace que desde niña sea ya consciente de las dificultades a la que se enfrenta por el mero hecho de ser mujer.
Tras retomar sus estudios y comenzar a trabajar, contrae matrimonio y llegan sus dos hijos. Consigue distintos empleos, fundamentalmente en el sector de la enfermería y los cuidados, gracias a una formación a la que se dedica, en sus pocos ratos libres, con esfuerzo y dedicación.
Tras obtener una plaza de Auxiliar de Enfermería en el Hospital General de Santiago de Compostela, consigue volver a Cádiz y es en el Hospital Puerta del Mar donde finaliza su trayectoria profesional.
Charo se define como madre, mujer y luchadora, que sueña con “alcanzar una sociedad más igualitaria, solidaria, y por supuesto feminista”. Y a ello se dedica intensamente, desde varios frentes, convencida de que el esfuerzo, pese a enfermedades y reveses, merece la pena.
Desde hace más de una década es Presidenta de la Asociación Ánfora Cádiz, que trabaja para garantizar el bienestar y la educación de menores de familias en riesgo de exclusión social, con la organización de distintas campañas y actividades anuales (Reyes Magos, distribución de material escolar, banco de alimentos).
Y en su lucha por alcanzar un mundo mejor, hace suya la tarea de dar voz a los y las pensionistas que luchan por su dignidad y sus derechos, ejerciendo de Portavoz (y Vocal de Mujer) de la Marea Pensionista de Cádiz.
PETRA GUTIÉRREZ SÁNCHEZ
Viñera de nacimiento y corazón, de la calle de la Rosa, aprendió de sus padres, Francisco y Josefa, los valores que han guiado su vida.
Abandona pronto los estudios para ayudar en casa y comienza a trabajar en la Fábrica de Tabacos, donde permanecerá hasta su prejubilación. Su interés en seguir formándose la lleva a obtener el Graduado Escolar y a matricularse en diferentes cursos: corte y confección, mecanografía y taquigrafía.
Desde mediados de los ochenta, compagina su vida laboral con la familiar, su marido y tres hijas, con carrera universitaria, a las que educa en la importancia de la formación y el estudio para garantizar la independencia y autonomía de las mujeres.
Se define como “una persona inquieta, curiosa y con muchas ganas de aprender y compartir lo poco o lo mucho que sé. Siento que es necesario ayudar y dar lo mejor de mí en cada cosa que hago”.
Y de ello dan fe sus trabajos como voluntaria: con la Fundación Stop Sanfilippo, una enfermedad de las denominadas raras, e incurable, que se diagnostica entre los dos y los seis años, y que provoca el deterioro progresivo del sistema nervioso central; con la Fundación Prodean; con la Fundación Benéfica Virgen de Valvanuz; con la Asociación de antiguos alumnos del Colegio Salesianos y como monitora de distintos talleres en la Asociación Mujeres de Acero del barrio de la Viña, donde se siente “muy querida y así me lo demuestran cada día”.
AZHADA KASAP
Azhada Kasap, Dada, para su familia y amistades, es una mujer luchadora, leal, emprendedora, buena amiga y enamorada de la vida. Nace en Ceniza (actual Bosnia y Herzegovina).
Estudia Lengua y Literatura. Aunque acaba su carrera en el año 1991, su ilusión por comenzar a enseñar se ve truncada por el traumático y doloroso acontecimiento que marcaría su vida y la historia de su país, la guerra de Bosnia. En su capital, Sarajevo, asediada durante cuatro largos años, sin agua, electricidad ni alimentos básicos, imparte sus clases en los sótanos de sus edificios.
Cuando acaba la guerra colabora con una ONG española, de Chiclana, Caravana por la Paz, que durante diez años hace posible que niños y niñas pasen el verano con generosas familias de acogida. Poco a poco se enamora de Cádiz y su gente, y se instala definitivamente en el 2008. Sin poder convalidar su título universitario o su permiso de conducir, tiene que estudiar de nuevo, obtener el título de auxiliar de jardín de infancia para poder trabajar en una guardería, o pasar las pruebas de acceso a la universidad para mayores de 40 años.
Dada se considera con orgullo una gaditana más. En Cádiz ha encontrado un lugar donde reconciliarse con su pasado y desarrollar una de las grandes pasiones y constantes de su vida, el contacto con la infancia y la juventud. Su resiliencia es un ejemplo para todas aquellas mujeres que se enfrentan a graves situaciones de violencia y vulneración de sus derechos.
Mª JOSÉ DE LA PASCUA SÁNCHEZ Y GLORIA ESPIGADO TOCINO
Mª José de la Pascua Sánchez y Gloria Espigado Tocino, doctoras en Historia en 1987 y 1992, catedráticas de Historia Moderna y Contemporánea por la Universidad de Cádiz, respectivamente, han desarrollado una actividad investigadora especialmente dedicada a la Historia de las Mujeres en esta Universidad. Han desempeñado docencia especializada en los niveles de grado, máster y doctorado, alentando los estudios históricos con perspectiva de género en la Universidad de Cádiz.
Desde 1994, han sido organizadoras y responsables del grupo de investigación “Género e Historia” de la Junta de Andalucía, desde donde han promovido la celebración de congresos, seminarios y encuentros dedicados al conocimiento de las experiencias y el activismo de las españolas entre los siglos XVI-XX, publicando igualmente sus resultados. Han formado parte de equipos de investigación en distintas Universidades españolas y europeas desarrollando diversos proyectos de investigación financiados.
Ambas pertenecen a la Asociación de Estudios e Investigación Histórica de las Mujeres (AEIHM) y han formado parte de su Junta Directiva. Han participado en diferentes comités científicos de congresos y revistas especializadas, desde donde han promovido el conocimiento y la investigación del pasado de las mujeres como agentes activos de la historia. Su compromiso con el feminismo académico e investigador ha sido una constante en sus trayectorias profesionales, intentando fomentar y promover estos estudios entre las generaciones de universitarios/as más jóvenes.
Mª ÁNGELES UTRERA QUINTANA
Mª Ángeles es una mujer que encara la vida con una sonrisa. Así lo aprende en su familia, donde José y Catalina educan a sus hijas en el respeto a las personas y el optimismo ante las dificultades.
Recuerda con cariño a su Colegio de la Palma, a las monjas con quienes aprendió lo más básico y lo más difícil, los valores religiosos que continúan siendo la base de su vida.
Felizmente casada y con una hija, que desde pequeña recibe sus lecciones de independencia y solidaridad, Mª Ángeles desarrolla su vida profesional en el comercio tradicional gaditano, buscando el tiempo libre que le dejan sus obligaciones para dedicarse a alguna de sus aficiones, como el teatro.
Pero es en el voluntariado donde el carácter y la fortaleza de Mª Ángeles se hacen más visibles. Pese a complicaciones y enfermedades, desde hace veinte años pertenece al Grupo de Cultura Popular de la Parroquia de la Asunción de Nuestra Señora, en el Cerro del Moro, donde participa intensamente en numerosas actividades, todas ellas relacionadas con la formación, el desarrollo profesional y la promoción cultural de las mujeres del barrio.
Pertenece igualmente a la catequesis de personas adultas y a la Pastoral de la Salud de la Parroquia, donde sus compañeras la describen como “una mujer de carácter afable, abierta y generosa, y siempre dispuesta a ayudar”.
Desarrolla además labores de acogimiento y orientación familiar en Cáritas, contribuyendo así, con su labor silenciosa y anónima, al bienestar de muchas familias gaditanas.
Cádiz, 14 de marzo de 2018