Cádiz, 14 de abril de 2016. La concejala de Educación del Ayuntamiento de Cádiz, María Romay, ha participado en el encierro voluntario en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cádiz (UCA) convocado por el movimiento estudiantil para reivindicar “la educación como derecho universal”.

Romay ha evidenciado así su rechazo “a la Lomce y al decreto del 3+2”, que a su juicio “buscan romper y fragmentar la oportunidad educativa que está universalizada en el país y configurar un sistema educativo en el que los ingresos económicos sean la condición para acceder a una formación superior”.

 “No quiero un mundo educativo de dos velocidades, quiero una apuesta pública por lo que considero un derecho: la educación”, señala, al tiempo que critica “que las becas universitarias hayan caído de media un 27% desde 2011 y los requisitos para obtenerlas se hayan endurecido”.

La concejala de Educación ha manifestado además su apoyo a otra reivindicación estudiantil, la de que se reduzca el precio del transporte público a aquellos estudiantes que lo utilizan para desplazarse hasta sus centros de estudio.

En concreto, la edil se une a la petición de que “se cree una tarjeta nominativa que se obtenga presentando la matrícula universitaria y de enseñanzas medias, obteniéndose por parte de los estudiantes un descuento del 30% que se aplica como bonificación del 40% en la recarga”, y a la de la creación de “un bono mensual nominativo que se obtenga con la matrícula útil para el trayecto de desplazamiento particular y que cueste lo que 30 viajes de ese desplazamiento, o que sea trimestral con la equivalencia a 90 viajes”.

En esta línea, pide que “la educación sea concebida como un derecho para todos, y en el acceso a ella prime la igualdad de oportunidades y no las capacidades económicas de los estudiantes”. Por último, la edil valora “la capacidad de movilización y la conciencia ciudadana del tejido estudiantil, claves para tratar de conservar la igualdad de oportunidades en el ámbito educativo”.